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Nicolás Guerrero, español de edad de 14 años, natural de la ciudad, huérfano de padre, hijo de Francis[ca] de Salazar, dijo, ante el capitán don Gregorio López de Mendizabal, alcalde ordinario, querer entrar a servicio y por aprendiz del oficio de zapatero para acabarlo de aprender con Pedro de Soto, maestro. Y para otorgar la escritura que convenga y usando de la facultad que el derecho le concede por ser mayor de 14 años se le nombra por su curador ad litem a Pedro de Castro, procurador de la audiencia ordinaria, quien puso al menor en servicio y por aprendiz de zapatero para que lo acabe de aprender, por tiempo de 2 años que corren desde hoy día de la fecha, durante los cuales le ha de acabar de enseñar, darle de comer, vestir, hacerle buen tratamiento, curarle en sus enfermedades como no pasen de 15 días y de oficial del oficio de manera que lo pueda usar, le ha de dar una esportilla, con su herramienta como es costumbre, un vestido entero de paño de la tierra dieciocheno, calzón, ropilla, capote, armador, mangas, sombrero, medias, ligas, zapato, pretina y 2 camisas con sus valonas. Con lo cual Pedro de Castro obliga a su menor a que no se irá ni ausentará de la casa y servicio so pena de ser traído y compelido a que cumpla. Firmaron: el alcalde Gregorio López Mendizabal, Pedro de Soto, maestro y Pedro de Castro, curador ad litem. Testigos: Ventura de Cárdenas, escribano de Su Majestad, Melchor de los Reyes y Luis de Villagra, vecinos. [Al margen: "derechos, 3 reales, doy fe".] [En papel sellado.]