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Doña Ángela Ochandiano, mujer legítima del capitán Antonio de Luna, vecina, con su licencia, vende a Jerónima de los Ángeles, viuda del capitán Gonzalo de Francia, vecina, una mulata, su esclava, llamada Juana de Ochandiano Sobera, de 22 años de edad, criolla, nacida en la casa del contador Diego de Ochandiano y de doña Isabel de Vega, sus padres, de quienes la hubo y heredó y llevó en dote a poder de su marido. Y la vende por esclava cautiva, sujeta a servidumbre, libre de empeño e hipoteca y de otra enajenación que no la tiene general ni especial y se la asegura de todo vicio y que no padece ninguna enfermedad pública ni secreta, por precio de 260 pesos de oro común que por ella le ha pagado en reales. Con condición de que habiendo de disponer de la esclava ha de ser en esta ciudad y no fuera de ella y dándose cuenta de lo primero y devolviendo los 260 pesos la vuelva o disponga de ella. Y que en cualquier tiempo en que doña Ángela Ochandiano regrese esa cantidad será obligada Jerónima de los Ángeles o la persona en cuyo poder parare Juana de Ochandiano, a devolverla y entregarla sin dilación, porque debajo de esta condición hace la venta y debajo de ella ha de pasar todas las veces que se enajenara so pena de ser en sí ninguno. Jerónima de los Ángeles acepta la escritura y recibe a la esclava en presencia del presente escribano quien da fe de ello. Firmó doña Ángela Orchandiano; Jerónima de los Ángeles no firmó. Testigos: Vicente Conchillos, Antonio Conchillos y Luis de Villagra, vecinos. [Al margen: "di testimonio a Jerónimo Nuñez de Rivera por lo que toca a la alcabala. Sin derechos, doy fe".] [En papel sellado.]