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El padre fray Juan Bautista, procurador del convento de San Agustín de México, en virtud del poder que tiene de los padres prior, consultores y conventuales -que pasó ante Juan Pérez de Rivera, escribano público el 7 de mayo de 1651, que es para arrendamientos y cobranzas-, arrienda a Diego de Rosas, vecino, una casilla que tiene dos aposentos y un zaguán, que está en el callejón que sale a la calle real de San Juan, por tiempo de cuatro años que corren desde hoy día de la fecha por precio de 30 pesos de oro común en cada año, pagados en reales por sus tercios corridos. Con condición de no poderla traspasar, ni hacerle aderezos ni reparos si no fuere con consentimiento por escrito. Y si viviere más tiempo de los cuatro años sin que se haga nuevo arrendamiento ha de pagar a razón de los 30 pesos por año. Firmaron. Testigos: Antonio de Cáceres y Cuenca, Nicolás de Campos y Marcos Pacheco de Figueroa. [Al margen: "por Juan Pérez de Rivera, escribano público, por su impedimento de la mano derecha".] [En papel sellado]