Universidad Nacional Autónoma de México Instituto de Inestigaciones Históricas Gobierno del D.F. Consejería Juridica y de Servicios Legales Colegio de Notarios del D.F.

Inicio

Búsquedas

Ficha de contenido



Escribano Titular:
Pérez de Rivera Cáceres, Juan
Notaría:
630
Nombramiento:
Escribano público
Volumen:
4368
Lugar:
México
Legajo:
Año:
1652    Mes: 09    Dia: 05
Foliación 1:
147v/149
Otro Escribano:
Foliación 2:
(337v/341)
Asunto:
Licencia.
Ficha:
243.1
Orden de ficha sujgerida:
4953.1
Catalogación:
SDHN

FOL. 176/176v [?](338/338v ) Petición. Francisco Vázquez, marido y conjunta persona de doña Juana Matienzo dijo --ante don Juan Altamirano y Velasco, caballero de la orden de Santiago, adelantado de las Filipinas y alcalde ordinario de México-- que habiendo enfermado su esposa de una grave enfermedad de diarrea y llegado a lo último de su vida, conociendo los médicos el riesgo que tenía, se le avisaron y dijeron dispusiese su testamento. Y consintiendo la susodicha pidió llevasen un escribano ante quien se otorgase y mientras se buscó y llevó a su presencia a Francisco de Guzmán, escribano real, le sobrevino una apoplejía que le privó de la pronunciación, si bien le dejó ileso el entendimiento, discurso y voluntad. Y habiendo llegado Francisco de Guzmán, viéndola de la suerte que se refiere dudó si podía hacerle algunas preguntas para que las respondiese por señas, y al fin se resolvió a hacerlas, preguntándole quien quería que fuese su albacea, quienes sus herederos, donde quería ser enterrada y lo que mandaba a las mandas forzosas. Y por señas dijo que su marido fuese su albacea testamentario y que Reymundo de Irrazabal también lo fuera y la enterrasen donde quisiere su marido a quien dejaba por su heredero. Lo cual se puso dictado por Francisco de Guzmán en un pliego de papel ordinario que pidió se lo autorizase, receloso de no saber si era vano lo ha querido hacer y supuesto a que su mujer está en la forma referida con su entero juicio y entendimiento para hacer y otorgar su testamento y para excusar en todo tiempo las cavilaciones que se puedan oponer, a su señoría pide y suplica que en atención a lo referido sea servido de mandar vaya a su casa, que es donde está enferma su mujer, un escribano real que haga y otorgue ante él, el testamento la dicha su esposa poniendo en él con toda claridad todo lo que pasare. Firmó. Auto. Y por su señoría vista mandó que el licenciado Lucas de Alfaro, abogado de la Real Audiencia, en compañía de Juan Pérez de Rivera, escribano público, vayan a la casa de Francisco Vázquez para el efecto que la petición refiere y se ponga testimonio. Firmaron: el adelantado de las Filipinas y Juan Pérez de Rivera, escribano público. FOL. 176v y 147/147v(338v/339v) México, 5 septiembre 1652. JUAN PEREZ DE RIVERA, ESCRIBANO PUBLICO. Testimonio. En cumplimiento del auto y en virtud de la comisión que por él se le dio al licenciado Lucas de Alfaro, abogado de la Real Audiencia, fue en compañía de Juan Pérez de Rivera, escribano público, a las casas de la morada de Francisco Vázquez, que son en la calle de los Donceles y habiendo entrado en un aposento donde está enferma en cama doña Juana de Matienzo, mujer legítima de Francisco Vázquez y habiéndola saludado el escribano, quien dio fe de conocerla, y preguntándole si lo conocía a él y al licenciado Lucas de Alfaro, hizo señal que sí, bajando la cabeza, por no poder hablar. Y luego le preguntó si quería dar poder para testar y a quien, e hizo la misma señal y señaló a Francisco Vázquez, su marido; y al preguntarle a quien nombraba por sus albaceas y señaló a su marido, y a don Reymundo de Irrazabal que estaban parados entre los testigos que abajo irán declarados y otras personas. Luego le preguntó a quien dejaba por su heredero y que lo señalase y señaló a su marido cogiéndole de la mano. Y preguntado si a él solo lo dejaba por su heredero, hizo seña que sí bajando la cabeza. Para saber donde quería ser enterrada le preguntó si quería que fuese en el convento de San Agustín, hizo seña con la cabeza que no y preguntada que si quería en el convento de San Francisco, hizo seña que sí. Y para más certificación de que doña Juana estaba en lo que se le preguntaba y respondía por señas le volvió el escribano a repetir las preguntas arriba declaradas y fue respondiendo en las acciones referidas y volvió a preguntar si quería ser enterrada en el convento de San Agustín y dijo que no con la cabeza y le preguntó si quería en el convento de las Mercedes e hizo la misma señal, en el de Regina Celi, también dijo que no y por último preguntó en el convento de San Francisco y respondió que sí bajando la cabeza muchas veces. Y diciéndole si podía firmar hizo seña que no y preguntándole si quería que firmase un testigo por ella respondió que sí haciendo seña con la cabeza. Y todo lo referido el escribano lo preguntó una, dos y tres veces y siempre hizo las acciones que van declaradas conforme lo hizo a las preguntas que le hizo, mostrando estar en su juicio y entendimiento no embargante estar impedida del habla. Y para que conste lo certifica y da por testimonio verdadero. Firmó el licenciado Lucas de Alfaro y testigos que supieron que fueron Pedro Vázquez, Sebastián de Escobar y Orsuchi y el alférez don Francisco de Irrazabal Gandia, vecinos. Testigos: Juan Giraldez de Lozada (no firmó) [Al margen: ante mí y en testimonio de verdad hizo su signo Juan Pérez de Rivera, escribano público.]

 

 



Regresar

DR © 2016, Universidad Nacional Autónoma de México - Instituto de Investigaciones Históricas. Esta página puede ser reproducida con fines no lucrativos, siempre y cuando no se mutile, se cite la fuente completa y su dirección electrónica. De otra forma, requiere permiso previo por escrito de la institución. Año de publicación: 2016. ISBN en trámite.

Contacto: sdhniih@unam.mx