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Nicolás de Espino y María de Esquivel, su mujer, españoles, vecinos, llevaron a Joseph de Salcedo, hijo de María de Esquivel, de 11 años de edad, dijeron -ante el señor don Juan de Altamirano y Velasco, caballero de la orden de Santiago, adelantado de las islas Filipinas y alcalde ordinario de México- que quieren que el menor entre a servicio y por aprendiz del oficio de pintor con Florián de Salazar, maestro. Y para poder otorgar escritura el alcalde le nombró por su curador ad litem a Marcos Pacheco de Figueroa, procurador de la audiencia ordinaria, quien puso al menor con el maestro por tiempo de 6 años que corren desde hoy día de la fecha, durante los cuales le enseñe el arte y al final del tiempo lo pueda usar por sí solo, le ha de dar de comer, vestir, curarle en sus enfermedades como no pasen de 15 días y al fin de los 6 años le dé un vestido de paño fino de la tierra, calzón, ropilla, capote, un jubón, dos camisas, sombrero, medias, valonas, zapatos, pretina, hacerle buen tratamiento y enseñarle la doctrina cristiana, con lo cual obliga al menor a que no se irá ni ausentará de la casa y servicio so pena de ser traído y compelido a que cumpla. Firmaron: el adelantado de las Filipinas, Marcos Pacheco de Figueroa y Florián de Salazar. Testigos: Melchor de los Reyes, Pedro de Castro y Jerónimo de Marchena, vecinos. [Al margen: "por Juan Pérez y sin derechos, doy fe".] [En papel sellado.]