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El capitán don Juan de Chavarría Valera, vecino, dijo que por cuanto compró del bachiller don Pedro Suárez de Longoria, presbítero, unas casas principales con su tienda en esquina y las accesorias a ellas en un jardín, que son en México, en la calle del colegio de San Pedro y San Pablo -que lindan con casas de don Alonso de Aguilar Cervantes, por una parte y por la otra con casas del colegio que es de la Compañía de Jesús-, en precio de 17 500 pesos de oro común, que sobre ellas están impuestos a censo redimible, con cargo y obligación de hacer reconocimiento de tres censos que están impuestos en favor de diferentes personas sobre las casas susodichas y sobre otras con su huerta, que están en términos del pueblo de Tacuba. Y porque uno de ellos, de cuantía de 6 050 pesos de principal, pertenece al Real fisco del Santo Oficio de la Inquisición de México -por traspaso que en su favor otorgó el capitán don Pedro Serrano del Arco-, cumpliendo con la obligación, quiere hacer reconocimiento en forma y poniéndolo en efecto, reconoce por dueño y señor del censo de 6 050 pesos de principal al Real Fisco, al cual y a su tesorero en su nombre, se obliga a pagar sus réditos que son 302 pesos y 4 tomines de oro común en cada año, de los que corrieren desde el 2 de junio de 1652, que es lo que montan conforme a la nueva y Real Pragmática de Su Majestad de a 20 000 el millar, mientras no redimiere el principal. Y la paga de los réditos lo hará por sus tercios vencidos, en reales, con las costas de la cobranza. Se obliga a cumplir con las condiciones de la escritura de imposición del censo hecha por el gobernador Francisco de Urdiñola y Juan López de Zárate, en su nombre, en favor de los menores hijos de Juan Rodríguez de Figueroa, alguacil mayor que fue de la Corte, y Baltasar Rodríguez de los Ríos, su tutor -ante Alonso Bernal, escribano público que fue del número de México, el 6 de septiembre de 1612. Con declaración que este censo es el primero de los tres que quedan referidos en el testimonio del escribano de Cabildo, en cuya virtud se hizo la escritura de venta que en su favor le otorgó el bachiller don Pedro Suárez de Longoria, oidor que fue de la Real Audiencia y doña María de Urdiñola y Lois -que pasó ante Juan Pérez de Rivera, escribano público el 18 de julio de 1652. También es declaración que hasta el 2 de junio de 1652, están pagados los réditos del censo -como consta de la carta de pago que dio el contador don Bartolomé Rey de Alarcón, receptor del Real Fisco ante Juan Pérez de Rivera, escribano público. Firmó. Testigos: Alonso Gómez, Gabriel Ortiz y Marcos Pacheco de Figueroa, vecinos. [Al margen: "sin derechos, doy fe".] [En papel sellado.]