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Cristóbal Caballero, mancebo español, natural de esta ciudad, huérfano de padre, de 18 años de edad, dijo -ante don Tristán de Luna y Arellano, caballero de la orden de Alcántara, mariscal de Castilla, señor de las villas de Siria y Borobia y alcalde ordinario de México- querer aprender el arte de pintor con Nicolás Becerra, maestro, vecino. Y para poder otorgar escritura el alcalde le nombró por su curador ad litem a Nicolás de Mendieta, procurador de la audiencia ordinaria, quien puso al menor por tiempo de tres años que corren desde hoy día de la fecha, para que dentro de ellos le acabe de enseñar el arte de que tiene principios y durante ese tiempo le ha de dar los materiales que fueren necesarios para que trabaje el tiempo que no lo tiene ocupado en sus obras el maestro, para que con lo que granjeare pueda adquirir para vestirse y le ha de dar un par de zapatos cada mes [?], curarle en sus enfermedades como no pasen de 15 días, hacerle buen tratamiento. Con lo que obliga al menor a que no se irá ni ausentará de la casa y servicio so pena de ser traído y compelido a que cumpla. Firmaron: el mariscal de Castilla, Cristóbal Caballero, Nicolás de Mendieta y Nicolás Becerra. Testigos: Ventura de Cárdenas, Melchor de los Reyes y Diego de Ávila, vecinos. [En papel sellado.]