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El padre fray Juan Bautista, procurador del convento de San Agustín de México, en virtud del poder que tiene de los padres prior, consultores y conventuales -que pasó ante Juan Pérez de Rivera, escribano público el 7 de mayo de 1651, que es para arrendamientos y cobranzas-, arrienda a Pedro Vidales, una casa grande que el convento tiene debajo del portal de la calle de la acequia real, con su tienda, por tiempo de un año que comenzó a correr desde el 1 de julio, en precio de 214 pesos anuales, casa y tienda, que le ha de pagar en reales por sus tercios adelantados. Con condición de no poderla traspasar, ni hacerle aderezos ni reparos si no fuere con consentimiento por escrito. Y si más tiempo del año viviere sin que se le haga escritura ha de pagar a razón de los 214 pesos. Firmaron. Testigos: Melchor de los Reyes, Nicolás de Mendieta y don Antonio Montezuma, presentes. [En papel sellado.]