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María de la Concepción, mujer de Jerónimo Ximénez, mulato, dijo -ante don Juan Altamirano Velasco y Castilla, caballero de la orden de Santiago, adelantado de Filipinas y alcalde ordinario de México- que su marido hace dos años que se fue de la ciudad de Guadalajara y no se sabe nada de él, y que su hijo, Juan Jiménez, mulato libre, de 13 años de edad, se está perdiendo, por lo que quiere ponerlo a servicio y por aprendiz del oficio de sastre. Y el alcalde atendiendo al tiempo de ausencia de su marido nombró por curador ad litem del menor, a Diego de Mendieta, procurador de la audiencia ordinaria, quien puso al menor al servicio y por aprendiz con Diego de Benavente Pedroza, maestro, por tiempo de cuatro años que han de empezar a correr desde hoy día de la fecha, durante los cuales el maestro le ha de enseñar el oficio, hacerle buen tratamiento, darle de comer, vestir, curarle en sus enfermedades como no pasen de 15 días y al fin del tiempo oficial del oficio, junto con un vestido entero de paño de la tierra, calzón, ropilla, ferreruelo, jubón, mangas, medias, zapatos, sombrero y dos camisas con sus valonas. Firmaron: el adelantado de las Filipinas, Diego de Benavente y Diego de Mendieta. Testigos: Marcos Pacheco de Figueroa, Melchor de los Reyes y Luis de Villagra, vecinos. [Al margen: "derechos, 3 reales, doy fe".] [En papel sellado.]