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Felipe González de Cabrera, mancebo español, natural de la ciudad de los Ángeles, de 15 años de edad, hijo legítimo de Juan González, ausente, ante el señor don Tristán de Luna y Arellano, caballero de la orden de Alcántara, mariscal de Castilla, señor de las villas de Siria y Borobia, alcalde ordinario, dijo que venía a México para aprender el oficio de cerero y con la persona que lo iba a hacer no tuvo efecto, porque no puso una tienda que trataría de poner. Y al presente quiere entrar a servicio y por aprendiz de cerero con Juan Carrasco de Salas, maestro, por tiempo de 3 años, pero por estar su padre ausente, el alcalde le nombra por su curador ad litem a Luis de Villagra, procurador de la audiencia ordinaria de México, quien puso al menor al servicio y por aprendiz con el maestro por tiempo de 3 años que se cuentan desde el 1 de marzo de 1652, durante los cuales le ha de enseñar el oficio, le ha de dar de comer, vestir, curarle en sus enfermedades como no pasen de 15 días, hacerle buen tratamiento y al fin oficial del oficio, un vestido entero de paño de la tierra, calzón, ropilla, ferreruelo, medias, zapatos, sombrero y 2 camisas con sus valonas. Y el curador obligó al menor a que no se irá ni ausentará de la casa y servicio so pena de ser traído y compelido a que cumpla. Firmaron: el mariscal de Castilla, alcalde, Luis de Villagra, curador ad litem, Felipe González, menor y Juan Carrasco de Salas, maestro. Testigos: el licenciado Jerónimo de Mozón, el licenciado Lucas de Alfaro, abogados de la Real Audiencia y don Sebastián de Escobar, vecinos. [Al margen: "3, derechos, doy fe".] [En papel sellado.]