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Fray Juan Bautista, procurador mayor del convento de San Agustín de México, en virtud del poder que tiene de los padres prior y conventuales -que pasó ante el presente escribano el 7 de mayo de 1651, que es bastante para arrendamientos y cobranzas-, arrienda a Bartolomé de Morales, mercader, vecino, una casa alta con ventana a la calle, con su tienda con 2 puertas a la calle, con su mostrador y armazón de madera que están enfrente de la esportilla de la cárcel pública en la calle que llaman de San Agustín, por tiempo de un año, que ha de correr desde el 1 de febrero de 1652, por precio de 300 pesos de oro común anuales, pagados por sus tercios adelantados en esta manera: los 60 a fray Juan Bautista, o a quien por el convento fuere parte y los 40 restantes de cada tercio los ha de dar a Francisco de Morales, su padre, quien los ha de haber por cuenta del concierto que hizo con el padre fray Joseph de Ayala, procurador del convento por los aderezos que hizo en la casa, y este arrendamiento se hace con condición de no poderla traspasar, ni hacerle aderezos ni reparos si no fuere con consentimiento por escrito. Y al fin del tiempo ha de dejar el mostrador y armazón que al presente está en ella, so pena que a su costa se haga lo que faltare y si más tiempo del año viviere sin que se haga nuevo arrendamiento ha de pagar a razón de los 300 pesos por año. Firmaron. Testigos: Francisco de [...], [...] Mendieta y Luis de Villagra, vecinos. [Al margen: "derechos, 3 reales, doy fe".] [En papel sellado.] (*)