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Bartolomé de la Cruz, mulato, libre, natural de México del barrio de San Juan de la Penitencia, llevado por su madre Juana de San Pedro, huérfano de padre, de 16 años de edad -ante el capitán don Juan Leonel Gomez de Cervantes, alcalde ordinario- dijo que de su voluntad entra en servicio y por aprendiz del oficio de zapatero con Miguel Martín, maestro. Y para poder otorgar escritura el alcalde le nombró por su curador ad litem a Diego Dávila, procurador de la audiencia ordinaria quien puso al menor al servicio y por aprendiz por tiempo de 3 años y medio que han de empezar a correr desde hoy día de la fecha, durante los cuales le ha de acabar de enseñar el oficio, por tener principios de él, y al fin de los 3 años y medio darle por oficial de zapatero; le ha de hacer buen tratamiento, enseñarle la doctrina cristiana, darle de comer, vestir, curarle en sus enfermedades como no pasen de 15 días y al fin del tiempo darle su esportilla, herramienta como es costumbre, un vestido entero de paño de la tierra dieciocheno, calzón, ropilla, ferreruelo, armador, mangas, ligas, zapatos, medias, sombreros, 2 camisas con sus valonas. Con lo cual el curador obligó al menor a que no se irá ni ausentará de la casa y servicio so pena de ser traído y compelido a que cumpla. Firmaron: el alcalde don Juan Leonel, Miguel Martín, maestro y Diego Dávila, curador. Testigos: Manuel de Bárcena, Sebastián de Escobar y Luis de Villagra, vecinos. [Al margen: "derechos, 4 reales, no más, doy fe".] [En papel sellado.]