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Doña Bárbara de Rueda, vecina, como albacea y tenedora de bienes del licenciado don José Arias Maldonado, abogado de la real Audiencia y regidor de esta ciudad, difunto -nombrada por tal en el poder para testar que otorgó en México el 16 de enero de 1689 ante Juan de Lerín Caballero-, vende a Ursula de Villanueva Cervantes, viuda de Nicolás de Rivera, vecina, un negro llamado Francisco, bozal de 44 años, casado con una esclava negra del capitán Diego de Peredo, vecino, que lo hubo el difunto, de Juan de la Bata, difunto, por escritura de traspaso que pasó en México el 22 de junio de 1684 ante Francisco de Quiñones, escribano real y público. Y lo vende por precio de 50 pesos de oro común en reales. Firmaron. Testigos: fray Félix de Sandategui, padre predicador y religioso sacerdote franciscano, Francisco de Cuéllar Pimenta, corredor de lonja, y Melchor Rangel.