Ficha de contenido

El licenciado don Antonio de Guerrero, presbítero, vecino, albacea de Pedro Hernández Matías, difunto, vecino que fue de la provincia de Chalco -nombrado por tal en el testamento que otorgó ante Francisco de Guzmán, escribano de Su Majestad el 17 de agosto de 1640-, vende a Gaspar Ruiz de Cáceres, vecino y labrador del Valle de Istlaguaca, una negra criolla, nacida en la casa del difunto, de edad de 20 años, llamada Jusepha, con una negrita, sus hija, nombrada Antonia, de 6 meses de edad, las cuales vende por esclavas cautivas, sujetas a servidumbre, libres de empeño, hipoteca y otra enajenación especial ni general, sin asegurarla de ningún vicio, tacha ni defecto, de que al presente no padece de ninguna enfermedad pública ni secreta, por precio de 400 pesos de oro común, que por madre e hija, le ha pagado en reales de contado y del entrego Juan Pérez de Rivera, escribano público, da fe. Firmó. Testigos: Diego Tinoco de Cuenca, Diego de Figueroa y Sebastián de Vargas Machuca, vecinos. [Al margen izquierdo: Venta. Di testimonio a Jerónimo Núñez de Rivera, por lo que toca a la alcabala. Sin derechos, doy fe.] [En papel sellado.]