Ficha de contenido

El alférez Cristóbal de Sarabia Mascareñas, vecino, arrienda a Francisco Martínez de Viqueras y a Pedro Martínez de Viqueras, hermanos, vecinos, una hacienda de labor y rancho de carbonero nombrada San José, en términos de la Alcaparrosa jurisdicción del pueblo de Cuautitlán y con el apero siguiente: - 20 mulas, 13 machos y 7 hembras herradas, con el hierro del margen, dos de los machos, uno está regordido de una mano y el otro manco y los demás buenos. - 12 aparejos, 3 nuevos sin acabar y 9 bien trabajados traqueteados, de los 3 nuevos uno traqueteado y 2 blancos. - 8 sobre ensalmas de Esmiquilpa [?] viejas. - 11 cargas de lías de cuero. - 9 reatas y 9 lazos de cuero. - 2 cinchas nuevas. - 17 cargas de costales de carbón, una carga sin estrenar y las demás buenas sin tener rotura ninguna. - 4 caballos mansos. - 12 bueyes mansos de arado. - 5 yugos aperados. - 3 cuartas. - 4 arados con 4 rejas de hierro de poste nuevas. - 11 hoces buenas. - 1 hacha carbonera. - 1 azuela de carpintero. - 1 tenaza. - 1 escoplo chico. - 1 martillo. - 1 barreta grande. - 4 coas. - 1 pala de hierro. - 1 azadón viejo. - 5 vielgos [¿bieldos?] y 1 zaranda. - Media fanega y 1 almud y 2 cuartillos para medir. - 8 lienzos de diferentes santos medianos. - 6 sillas de baqueta viejas. - 1 mesa de ocote grande. - Salvadera y tintero de plomo. - 5 cargas de tejamanil nuevo. - 6 cargas de pajas. - 2 llaves de loba. - 55 medias fanegas de maíz en mazorca. - 46 latas y morillos. - 2 costales de guangoche [?] Con su casa, jacales, puertas y ventanas con sus llaves, bien trabajado y sus tierras, monte, aguas, entradas y salidas y costumbres y servidumbre, y todo lo demás que le pertenece. Todo lo cual le arrienda por tiempo de tres años que empiezan a correr desde hoy día de la fecha, por precio en cada un año de 190 pesos, que le han de dar al fin de cada cuatro meses la tercia parte, puestos y entregados en reales en esta ciudad. Con condición de que aunque no la habiten o no cultiven dicha tierra y el dicho carbonero, no por eso le han de dejar de pagar dicho arrendamiento; y las mejoras que hicieren por su comodidad o necesidades en dicha casa y tierras han de ser por cuenta y riesgo, sin pedirle descuento de ello; y al fin del tiempo de este arrendamiento le han de entregar dicho apero, tierra, casa buena de dar y recibir según y como lo han recibido o por su defecto su valor tasado por dos personas puesta por las partes; y caso que acontezca el morir dicho ganado o caer hielo, fuego o langosta o que haya pocas o muchas aguas lo que Nuestro Señor no permita, no por eso le han de dejar de pagar dicho arrendamiento ni el dicho apero y ganado. Con lo cual se obligó a que durante el dicho tiempo no les quitará la dicha hacienda apero y ganado, so pena de darles otra tal y tan buena y en tan buena parte y lugar y por el mismo tiempo y precio referido. Y para la seguridad del dicho arrendamiento y paga de todo ello, el dicho Francisco Martínez de Viqueras hipotecó dos pares de casas, todas de adobe, que tiene en el barrio de Tlalpan, y veinte mulas de carga, las doce aparejadas de lazo y reatas y las ocho en pelo herradas con el hierro del margen, por lo que no las podrá vender ni enajenar, trocar ni cambiar hasta tanto que esté cumplido este arrendamiento y pagado todo. Firmaron. Testigos: el bachiller Nicolás Cristóbal García, Melchor Rangel y Juan de la Cruz.